Señales de alarma y contraindicaciones: Cuándo NO utilizar determinadas actividades de enriquecimiento

El enriquecimiento es un componente esencial del bienestar canino, pero no todas las actividades son apropiadas para todos los perros. Para el profesional educado, es fundamental reconocer las señales de alarma y adaptar los planes, no solo para evitar lesiones, sino también para garantizar que el enriquecimiento complemente la atención osteopática en lugar de entrar en conflicto con ella.

Por qué son importantes las contraindicaciones

El enriquecimiento introduce variabilidad en el movimiento y el entorno, lo que suele ser beneficioso para la salud de los tejidos y la estimulación neuronal. Sin embargo, en perros con disfunciones musculoesqueléticas subyacentes, enfermedades sistémicas o comportamientos relacionados con el dolor, algunas actividades pueden exacerbar los problemas. Si se pasan por alto estas consideraciones, se corre el riesgo de comprometer tanto la integridad física como la recuperación.

Señales de alarma antes de recomendar el enriquecimiento

  1. Cojera aguda o cambios posturales repentinos
    Si un perro presenta cojera nueva o que empeora, reticencia a soportar peso o postura asimétrica, debe evitarse el enriquecimiento que implique movimiento dinámico, como el trabajo de equilibrio o los juegos de tira y afloja, hasta que se realice una evaluación completa. Estos signos pueden indicar una patología articular, un desgarro muscular o una afectación neurológica que requiera una evaluación veterinaria.

  2. Signos de dolor durante la actividad
    Bostezar, lamerse los labios, meter la cola o quedarse inmóvil a mitad de la actividad son indicadores sutiles pero significativos de malestar. Persistir a pesar de estos comportamientos puede provocar una sobrecarga tisular, un aumento de la tensión fascial y un esfuerzo compensatorio. Las actividades deben detenerse y adaptarse para reducir la intensidad o eliminarse por completo.

  3. Preocupaciones neurológicas
    Los perros que muestren ataxia, nudillos o respuestas propioceptivas retardadas no deben realizar trabajos en superficies inestables ni enriquecimiento basado en la agilidad. Estas actividades requieren un control neuromuscular preciso y pueden aumentar el riesgo de caídas o de un mayor compromiso neurológico.

  4. Fatiga excesiva o estrés
    El enriquecimiento cognitivo es beneficioso, pero las tareas prolongadas de resolución de problemas pueden aumentar el estrés en perros ansiosos. Del mismo modo, el enriquecimiento físicamente exigente en perros geriátricos o en baja forma puede provocar fatiga muscular y sobrecarga articular. Es esencial controlar la duración y la intensidad.

Contraindicaciones específicas de la actividad

  • Equipo propioceptivo: Evitar en perros con problemas agudos de columna vertebral, laxitud articular importante (por ejemplo, displasia grave de cadera) o inestabilidad posquirúrgica.

  • Juegos de tira y afloja: Contraindicado en perros con dolor cervical, disfunción temporomandibular o trabajos dentales recientes.

  • Actividades de búsqueda o salto: No deben recomendarse para perros con cojera de las extremidades anteriores, displasia de codo u osteoartritis avanzada debida a cargas conmocionantes repetitivas.

  • Juguetes rompecabezas: Aunque en general son seguros, pueden causar frustración en perros con deterioro cognitivo o en los que muestran comportamientos compulsivos, por lo que requieren una observación cuidadosa.

Integración del razonamiento clínico con los principios osteopáticos

El enfoque osteopático hace hincapié en la capacidad del cuerpo para autorregularse y adaptarse, pero sólo cuando las condiciones lo permiten. Introducir el enriquecimiento durante fases inflamatorias agudas o cuando el dolor inhibe el movimiento normal puede interrumpir este proceso. En su lugar, el enriquecimiento debe introducirse gradualmente, tras la recuperación de los tejidos y el restablecimiento de la movilidad de base.

Cuándo remitir antes de proceder

El dolor persistente, los signos neurológicos progresivos, el letargo sistémico o los cambios de comportamiento inexplicables justifican la derivación al veterinario antes de aplicar el enriquecimiento. La colaboración con el veterinario de atención primaria garantiza que se aborde la patología subyacente antes de introducir actividades diseñadas para mejorar la adaptabilidad funcional.

Reflexiones finales

El enriquecimiento es poderoso, pero no universalmente benigno. Su eficacia depende del momento, la individualización y el juicio clínico. Al aplicar los principios osteopáticos junto con la precaución basada en la evidencia, los profesionales pueden garantizar que el enriquecimiento sirva como herramienta para la curación y la resiliencia en lugar de ser una fuente involuntaria de daño.

Blog Post escrito por:
Por Siun Griffin
Fisioterapeuta animal y Community Manager del London College of Animal Osteopathy (LCAO).