Signos de dolor articular en los perros

Signos de dolor articular en los perros

Por Siun Griffin, fisioterapeuta animal y Community Manager del London College of Animal Osteopathy (LCAO). 

El dolor articular es un problema común que afecta a los perros. Los signos de dolor articular en los perros pueden deberse a lesiones, como excederse al correr, caerse o jugar, o a afecciones, como la artritis.

Aunque este tipo de dolor es más común en los perros mayores, puede afectar a los de cualquier edad. Detectar los signos a tiempo significa que puede ayudarle a resolver o ralentizar cualquier problema que se esté produciendo, posiblemente previniendo problemas más graves que pueden afectar a la calidad de vida del perro.

Causas y tipos de dolor articular en perros

Aunque existen muchas causas diferentes de dolor articular, aquí trataré algunas de las más comunes.

Se dividen en dos categorías: de desarrollo y degenerativas.

Problemas de desarrollo articular en perros

Los problemas articulares del desarrollo son aquellos con los que nace un perro, aunque pueden ser degenerativos con el tiempo. La conformación y la raza hacen que ciertas razas de perros sean más propensas a padecer problemas articulares del desarrollo.

Estos problemas hacen que el cuerpo del perro no forme las articulaciones con normalidad, lo que puede causar dolor. Los problemas más comunes son la displasia de cadera, la displasia de codo y la osteocondritis disecante (OCD).

Se sabe que las razas grandes tienen un mayor riesgo de padecer estos problemas. Por ejemplo, los pastores alemanes son propensos a la displasia de cadera y codo, así como a la artrosis. Los Boyeros de Berna también corren un mayor riesgo de padecer estas afecciones.

Problemas articulares degenerativos en perros

Los problemas articulares degenerativos se producen con el tiempo debido al uso repetitivo y a las lesiones. Este dolor articular suele deberse al desgaste de los tendones y ligamentos que rodean la articulación. El ligamento cruzado es uno de los tejidos que con más frecuencia causa problemas cuando se desgasta o se lesiona.

La artrosis y las fracturas, incluso las más pequeñas, pueden dar lugar a problemas articulares degenerativos que causan dolor. De nuevo, los perros más grandes son más propensos a sufrir dolor debido a problemas articulares degenerativos. Esto se debe a que son más pesados, lo que ejerce una mayor presión sobre las articulaciones.

Por eso también son importantes la dieta y la prevención de la obesidad del perro.

¿Cuáles son los principales signos de dolor articular en los perros a los que hay que prestar atención?

Signos de dolor articular en los perros

Aunque estos signos no significan con certeza que un perro sufra dolor articular, a menudo se asocian a él y son los que los veterinarios suelen observar durante un examen.

Rigidez

El dolor articular puede hacer que un perro se mueva con más rigidez. Puede que note que tardan más en levantarse después de una siesta y que caminan con pasos menos fluidos. Es posible que el perro no pueda correr con la misma rapidez y agilidad que antes.

Cojera

La cojera es un signo importante de dolor articular. Puede ir desde una cojera leve hasta una muy evidente. La artritis suele ser la causa de la cojera. La artritis provoca el desgaste de la articulación y es degenerativa. La articulación deja de moverse lentamente, lo que provoca inflamación y dolor.

Las lesiones de tendones y ligamentos también pueden causar cojera. El daño en estos tejidos puede provocar dolor articular con el tiempo, ya que se desgastan y no cicatrizan perfectamente.

Letargo y depresión

Pasar más tiempo descansando y una pérdida de entusiasmo por el juego y otras actividades activas pueden ser signos de que un perro sufre dolor articular. También puede manifestarse en forma de pérdida de apetito.

Atrofia muscular

El dolor articular puede hacer que el perro compense y no utilice su cuerpo correctamente. Esto puede provocar un desgaste muscular.

Irritabilidad

Un perro que empieza a mostrar signos de irritabilidad, sobre todo cuando antes no lo hacía, podría significar que tiene dolor. A menudo se trata de dolores articulares. Le duele que le toquen o le muevan, y prefiere que le dejen descansar.

Resbalones o caídas

Un perro puede perder estabilidad al moverse debido al dolor en las articulaciones. Esto puede hacer que el perro resbale o se caiga con más frecuencia o al realizar actividades que normalmente no deberían provocarlo.

Ralentizar

Es menos probable que un perro con dolor articular corra y juegue con la misma frecuencia. En general, se mueven más despacio y pueden tener dificultades para dar paseos que antes les resultaban fáciles.

Dificultad con las escaleras

Si un perro empieza a tener problemas para subir y bajar escaleras, puede ser señal de que sufre dolores articulares. Lo mismo puede decirse de la dificultad para subir al coche, a la cama o al sofá.

Cambio de postura de las piernas

Para compensar el dolor articular, el perro suele cambiar de postura. El dolor en las extremidades posteriores suele hacer que el perro se ponga de pie con las patas traseras muy juntas, desplazando más peso hacia delante. El dolor en la parte delantera puede hacer que el perro se ponga de pie con las patas delanteras en una postura más ancha, a menudo con los codos sobresaliendo.

Suele ser un signo precoz de dolor articular, por lo que conviene conocer la postura normal del perro para detectar estos cambios sutiles.

Salto de conejo

El salto del conejito es más o menos como sugiere el título. El perro empieza a moverse como un conejito utilizando las dos patas traseras al mismo tiempo para desplazarse. Suele ser un signo de dolor en la cadera.

Lamido y masticación excesivos

Los perros pueden empezar a lamerse o mordisquear excesivamente ciertas zonas del cuerpo. Esta es una forma de calmar el dolor articular que sienten.

Para averiguar la causa exacta del dolor articular, el perro necesitará el diagnóstico de un veterinario. Una vez confirmada la zona problemática, puede ponerse en marcha un plan de tratamiento. La osteopatía puede funcionar bien junto con el tratamiento veterinario para ayudar al sistema musculoesquelético, eliminar restricciones y mejorar la movilidad.

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Por Siun Griffin
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