A diferencia de los humanos, los perros no pueden comunicar su dolor con facilidad. La única forma que tienen los perros de comunicar su malestar o dolor es mostrar cambios en su personalidad, carácter o comportamiento.
- Reticencia general a salir de la jaula o del coche.
- Falta de voluntad de cooperación
- Agresión no provocada,
- Evadir obstáculos
- Incapacidad de coordinación,
- Ignorar órdenes
- Dificultad para estirar las patas traseras al saltar
Los problemas pueden aparecer en los perros por muchas razones, entre ellas:
- Traumatismos y accidentes: caídas, colisiones de tráfico, resbalones, peleas
- Actividades repetitivas: saltar dentro y fuera del sofá, dentro y fuera del coche
- Competiciones: Carreras de galgos y whippets, perros de agility
- Debilidades de la raza: Los perros con lomos largos y patas relativamente cortas son propensos a problemas discales (por ejemplo, los teckel); displasia de cadera (por ejemplo, los pastores alemanes); inestabilidad vertebral cervical (por ejemplo, los weimaraners); osteocondritis disecante
que afecta a hombros y codos (por ejemplo, los labradores retriever). - Cojera: A partir del dolor artrítico, la displasia de cadera puede hacer que el perro compense su forma de andar, lo que puede derivar en problemas secundarios de espalda.
- Postoperatorio
Entender el organismo como un sistema de tensiones compartidas donde la libertad de movimiento de cada estructura es esencial para su correcto funcionamiento, tener un profundo conocimiento de la anatomía biomecánica y poseer la habilidad manual para transmitir nuestra comprensión terapéutica a nuestros amigos caninos: esto es la Osteopatía Canina.
Un enfoque que va más allá de la farmacología y que aporta una nueva herramienta y un gran complemento a la labor del profesional.